1. DEL ARAGUANEY AL JACARANDÁ :

Todos sabemos plenamente dónde comienza nuestro viaje personal, lo difícil es determinar dónde concluirá. Nuestro camino es producto de un sin fin de experiencias, aprendizajes, memorias, decisiones de vida que indiscutiblemente nos han permitido ser quienes somos en la actualidad. A lo largo de mi vida he pasado por tantas cosas, me he nutrido de tantas personas y experiencias, que he llegado a pensar que tengo recuerdos acumulados para contar en esta vida y en la siguiente.

Este viaje, mi viaje personal, narra los miedos, las inquietudes, las vivencias, los aprendizaje, las carencias, pero sobre todo el crecimiento de una mujer que nació en una pequeña ciudad de Venezuela y treinta (30) años después de tantos parajes, se encuentra viviendo en Argentina.

He pasado por cosas difíciles, he afrontado las peores batallas, aquellas que he librado y seguiré librando contra mi, para superarme, construirme y aceptarme. Aún falta mucho por hacer, y de lo único que tengo certeza el día de hoy es que mañana no sé que va a pasar y que las decisiones que tomé en su debido momento ya marcaron su curso y no las puedo cambiar.

Estoy convencida que como mujeres tenemos muchas cosas en común, sin importar nuestra historia o procedencia, todas buscamos ser felices, perseguimos la autoaceptacion, trabajamos duro por nuestra autonomía y el reconocimiento de nuestro esfuerzo. Quizás la opinión que tengo sobre las cosas de la vida te sean a fin, quizás no, somos tan únicas y diversas como los copos de nieve, pero al final del día sin importar el rol que estemos cumpliendo, todas buscamos sentirnos a gusto con las decisiones que hemos tomado.

Aprendí en este trayecto recorrido hasta ahora, que todo es cuestión de perspectiva, decidimos en base a nuestros valores que nos hace feliz y que no.

Cuando era niña me causaba mucha felicidad ver los Araguaneyes florecer, durante los meses de Abril y Mayo, el árbol nacional tiñe de amarillo el sistema montañoso de la cordillera central en donde se encuentra el valle de Caracas. Me emocionaba y me asombraba ver como uno a uno los arboles cambian su follaje verde a un amarillo intenso.

Mis ojos dejaron de ver la belleza del Ávila en Caracas, Venezuela, rodeada de los hermosos Araguaneyes, pero después de recorrer este camino tengo la dicha de retomar mi asombro y comenzar a deleitarme con el violeta de los Jacarandás que florecen en la primavera Argentina.

Jacarandá , árbol Nacional de Argentina

Creo que mucho de lo que somos como personas, depende de como decidimos afrontar las experiencias, por eso a pesar de haber emigrado y de haber cambiado mi mundo por completo decidí ser feliz y agradecer los aprendizajes obtenidos.

Cuéntame ¿Te ha tocado dejar atrás las cosas que creías amar? ¿Agradeces que las circunstancias de la vida te hayan llevado a tomar decisiones de las que hoy no te arrepientes?

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